dimecres, 10 de desembre del 2014

8. Los creadores de sueños - Cuentos para Guewen

El ejercicio de esta semana era colocar un personaje de otra historia en un escrito: mi elección fue Zafiro, de Bitteblue, mi libro favorito. Y sin querer lo convertí en uno de los cuentos que debía hacer.

¡A leer se ha dicho!

Los creadores de sueños.

¿Cuál es la diferencia entre una piedra preciosa y una simple roca?

Su rareza. Su escasez. Su pureza y singularidad. Su dureza, su brillo y su perfección. Su belleza.
Solo hay tres tipos de piedras preciosas en el mundo además del diamante. Solo tres más de los millones de rocas en la faz de la tierra. Y por esa razón son tan preciadas, y tan únicas. Son la esmeralda, el rubí y el zafiro. Y son la materia de la que están hechos los sueños.

◊◊◊

Rubí yacía estirada en el tejado de alguna casa, disfrutando del frío y del tiritar de su cuerpo. Su cabellera rojo brillante creaba un halo escarlata que enmarcaba su rostro, y sus ojos, como dos rubíes, miraban fijos al cielo. Estaba esperando a su hermano, pero la paciencia nunca había sido su punto fuerte. Resopló y contó interiormente. Uno, dos, tres... Pero contar no la tranquilizó, al contrario. Se levantó maldiciendo y frunció el ceño oteando el horizonte. Esmeralda no tardaría en llegar, estaba segura; pero Zaf seguro que se demoraría a propósito con tal de hacerla enfadar. Abrió y cerró los puños, sintiéndose impotente, y dejó que su mirada recorriera aquel paisaje blanco que la había acompañado durante días, por culpa de la tormenta de nieve y la maldita leyenda de Jack Escarcha.

El valle se imponía sobre la aldea, amenazando con hacerla desaparecer. Todo estaba cubierto por un manto blanco, como un papel vacío, y las nubes tapaban el paisaje más allá del valle. Las casas estaban cerradas y las luces apagadas, porque en esa época hacía tanto frío que la gente temía que sus sombras se congelaran. No se oía ni un pájaro e incluso al viento le daba pereza hacerse oír y resfriarse. En ese instante el pueblo parecía vacío, fantasma: pero un ruido interrumpió el gran silencio que dormía sobre él. Las campanas de medianoche.

- Zaf está llegando tarde, ¿verdad? – preguntó una voz fina al sonar la primera campanada.

Rubí asintió y con un movimiento de mano creó un torbellino de polvo rojo que lanzó hacia Esmeralda.

- Y no creas que tú eres la puntualidad en persona – dijo con sorna mientras veía a su hermana pelearse en vano con el polvo.

- ¡Rubí! ¡No quiero tus pesadillas! Quizá no he llegado con un gran margen de tiempo, pero estoy aquí, ¿no? – protestó recriminándola con sus ojos verdes.

Ella se limitó a exclamar un indignado ¡ja! y a sacarle la lengua, cuando vio el familiar destello púrpura de los ojos de su hermano. 

- ¿Ya hablabais mal de mí? – preguntó Zaf alzando una ceja.

- ¡Tú! – exclamó señalándole la pelirroja – Vuelve a llegar tarde y te juro que provocaré pesadillas a todos los niños de la aldea. 
Él se encogió de hombros y negó con la cabeza.

- Sabes que eso no es posible, Rubí. Los sueños los decido yo. 

- Está bien, está bien... – intervino Esmeralda dejando a Rubí con la palabra en la boca - ¿Y si en lugar de discutir empezamos?

La pelirroja asesinó con la mirada a su hermano y maldijo por segunda vez en escasos minutos. Se dirigió al borde del tejado y volvió a mirar el pueblo. Cerró los ojos y dejó que las partículas rojas se desprendieran de sus manos y crearan estelas hacia todos los habitantes de la aldea. 

- ¿Qué has preparado para hoy, Zaf? – preguntó Esmeralda mientras movía sus manos de manera semejante a Rubí. Pronto el polvo verde salió de entre sus dedos y se entremezcló con el rojo.

- Tay va soñar con su madre, Guewen con aquel libro que encontró en el bar y Ariel con el aprobado de matemáticas y su libertad. Mario va a tener una pesadilla: hoy las nubes lo engullirán y caerá como gotas de agua.

- ¿No más pesadillas? – preguntó con voz lastimera Rubí. Miró de reojo a su hermano y vio como esbozaba una media sonrisa.

- Tengo alguna idea interesante.

Y así, cuando las campanas ya habían dejado de sonar, Zaf les explicó los sueños a sus hermanas, y ellas los crearon, de verde y rojo. Esmeralda creaba las fantasías, Rubí las pesadillas y Zafiro imaginaba nuevos escenarios para sus soñadores. No le molestaba crear pesadillas, ya que sabía que eran necesarias para apreciar los buenos sueños. Y sonreía, porque sabía que a pesar de la impuntualidad de Zafiro y de sus diferencias con Esmeralda, los tres juntos conseguían hacer materiales los sueños de las personas, y alejarlos de la realidad: sabía que los tres juntos eran la materia de la que están hechos los sueños.



Personaje de otra historia – Zafiro, de Bitterblue, cuya gracia es otorgar sueños.

Con cariño, Maraya

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