dimecres, 3 de setembre del 2014

El querido bus

Hoy por primera vez en un mes he cogido el tren que me llevaba a mi querida Barcelona. Me he sentido una extraña, una intrusa entre sus paredes de metal, pero poco después su encanto me ha acogido y me ha devuelto el gusto adictivo a coger el tren. He vuelto a comprarme la tarjeta, ansiosa por tenerla entre mis manos, y he llegado a Barcelona viendo la calle como si fuera por primera vez, con ojos de niña, con sorpresa.
He ido al bar de delante de la parada del bus para tomarme mi deseado café y la galleta de vainilla - la última que quedaba - y justo al salir lo he visto.
El bus que debía coger cruzando la calle hasta alejarse de mí.
Porque, estúpida de mi, había mirado el horario de agosto, donde el bus salía un cuarto de hora más tarde.
Desde luego el verano atonta.




Maraya

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