Seguramente esta
debería ser la primera entrada, pero la razón por la que no lo es, es
sencillamente que no sabía cómo empezarla y ahora tengo una excusa para
hacerlo.
Este blog es el tercero que abro, pero me he comprometido a continuarlo. En él
pondré todo aquello que se me ocurra, como también un seguido de cuentos que
tengo planeados y que quiero escribir cada semana.
Hay tres grupos de cuentos que quiero escribir: Cuentos para Guewen, Un día en
suburbia y Canciones escritas.
Los cuentos para Guewen son una serie de
cuentos que aparecieron bajo títulos diferentes y que todos se conectan con un
personaje común. Digo aparecieron porque primero se me ocurrió el título y
luego el cuento, y algunos son ya conocidos a pesar de que el cuento no tenga
nada que ver. El personaje que aparece en todas las historias es Guewen, y lo
hace de diferentes formas pero en principio nunca es el protagonista (o al
menos no el principal).
El problema con estos cuentos es que iban dirigidos hacia un amigo (quién se
esconde bajo el nombre de Guewen) pero hará cosa de unos meses dejamos de
hablar y ya no me siento cómoda con ese nombre, pero al no poder cambiarlo
(porque cambiarían todos los cuentos) modifiqué el título y ahora se llaman
Cuentos para Guewen redirigidos a Ariel.
Un día en suburbia está inspirado en una
canción de Nach Scratch que se llama Anochece. Esta canción está
formada por un seguido de imágenes que no sé si están relacionadas entre ellas
pero que me llenaron de ganas de escribir un mini-relato por cada una de ellas.
Son 80 relatos, si mi memoria no falla (lo cual suele pasar), y en ninguno de
ellos se especifica el personaje. Sí se puede intuir si es femenino o
masculino, joven o viejo, y un poco de su carácter, pero ninguno tiene nombre
ni es alguien de la vida real -de momento.
No soy fan de Nach, ni me agradan ni odio sus canciones, ni quiero que estos
cuentos vayan dirigidos solo a aquellos que les gusta su música. Simplemente
creo que es una canción bonita y que inspira, más allá del significado que le
haya otorgado el autor, y que no está relacionada con los relatos que quiero
escribir sino que utilizo la letra para dejar llevar mis dedos sobre el papel.
Y el último grupo, Canciones escritas,
surgió como una broma con un amigo, (el tal Guewen), cuando él me pasaba
canciones y yo debía escribir un cuento por cada una de ellas. Algunos cuentos
seguían al pie de la letra los versos de la canción ya que la historia estaba
hecha y solo debía transportarla al papel, pero otros parten de la sensación
que esa canción despertó en mi o simplemente alguna frase.
¡Ya está! Aviso con anticipación que soy
lenta escribiendo (Guewen se exasperaba), y que mi falta de tiempo influye en
ralentizar el progreso de los cuentos, pero también que tengo muchas ganas y
estoy muy motivada.
He decidido no escribir ninguna novela larga en el blog porque no me veo capaz
de ser constante entonces. Pero con los cuentos hay más que suficiente para que
este entretenida unas buenas horas a la semana.
Maraya
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